dissabte, 7 de febrer del 2015

La "perfección" que vemos en la redes sociales no existe. Y lo sabes.


Quieres subir a tus redes sociales una foto del café con leche que te tomas cada mañana para desear un buen día a tus seguidores / followers / amigos.

Quieres dar una imagen de buen rollo, así que seamos sinceros: no vas a colgar la primera foto que hagas. No vas a colgar una foto en la que aparezca una taza normal y corriente, no señor, vas a colgar la imagen de, la que tú, consideras tu mejor taza. Tampoco vas a mostrar como calientas la leche en el microondas porque eso no es cool. No vas a aparecer en la foto despeinada y con los ojos soñolientos -que en realidad es como tú y el resto de los mortales se despiertan por la mañana-. Lo que vas a hacer es "adornar" tu realidad. Vas a preparar un fondo agradable para tu foto, vas a tomar la fotografía -incluso es probable que aparezca una manta de cuadros en la imagen, para que de sensación de home, sweet home, cálido y acogedor, más ahora que es invierno-. Tomarás la foto desde diferentes ángulos y escogerás el que parezca más atractivo. Y después escogerás un filtro para modificar la tonalidad de tu imagen a tu gusto. Y de ninguna manera, bajo ningún concepto, tu hijo pequeño aparecerá en la foto con la mandíbula desencajada, enfadado, gritando que no quiere desayunar. Eso no saldrá porque lo cotidiano no encaja en las redes sociales.

Hay estudios que señalan que por cada foto que se sube a una red social, unas 50 han sido descartadas previamente. ¡50!. Por esos nuestros perfiles sociales están compuestos principalmente de estampas idílicas que imitan los anuncios de estrella Damm en verano -amigos, playas, belleza, risas, música, sobremesas- y de estaciones de esquí y refugios invernales en invierno -recogimiento, mantas de cuadros, cafés con leche humeantes y con doble ración de espuma o chocolates calentitos, libros, platos de comida caliente dignos del mejor chef del mundo, sofás mulliditos y pies abrigados con preciosos calcetines de lana-.

Y por eso, me ha llamado la atención este perfil de Instragram @Womenirl (women in real life), iniciativa de la revista Real Simple Magazine que empezó como un hashtag que animaba a las mujeres a compartir sus momentos cotidianos menos glamourosos. Porque no nos engañemos, todas tenemos una cotidianidad que se aleja mucho de la perfección, con situaciones ridículas, embarazosas o caóticas de las que nos gustaría escapar, pero que en realidad forman parte de nuestro día a día. Los tejanos que ya no te caben y que decides llevar a la oficina a pesar de todo. Tu hijo en pleno berrinche. Desastres culinarios. Desorden dantesco. Tu gato arisco que se bufa a la mínima que se cruza contigo. Tú, reutilizando un vaso para tomar un café porque la cocina está desbordada de platos sucios. O tú practicando running con unas amigas: ni tú, ni ninguna de ellas, tenéis un cuerpo perfectamente tonificado, ni váis conjuntadas como atletas profesionales, ni peinadas como modelos. 

Así que si queréis un baño de realidad esta es vuestra cuenta de Instagram @Womenirl (mujeres en la vida real). Porque la perfección no existe, se realista. KeepingItReal.

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