Vimos esta película por casualidad -y por lo tanto no teníamos ni idea de qué iba la peli ni habíamos leído la sinopsis-. Habíamos quedamos unas cuantas amigas para tomar algo en un chiringuito de playa, pero llovió y cambiamos los planes por un cine. Quedamos en el Verdi y llegamos con el tiempo justo, así que teníamos que escoger una película rápidamente si no queríamos quedarnos sin nuestra sesión de cine. Y escogimos, al azar, Corazón de León.
Si me hubiera fijado en el cartel de la película me podría haber hecho una ligera idea sobre de qué iba esta cinta de factura argentina, pero la escogimos en taquilla, sin ver la imagen del cartel -que si que vimos luego, a la salida-.
Lo cierto es que nos reímos mucho y al mismo tiempo estuvimos dándole unas cuantas vueltas al dilema que plantea la cinta, porque la película está pensada para producir risa y reflexión a partes iguales. Risas por lo surrealista de algunas situaciones y reflexión por los prejuicios que, por desgracia, todos tenemos interiorizados y por que el temible "que pensaran los demás", que tan a menudo nos condiciona en nuestro día a día.
No os digo más, pero a mi el estilo de la peli me recordó a la francesa Intouchables, así que si os gustó esa película y os hizo reír, esta también despertará vuestra simpatía.
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