Hoy hablaré de las relaciones tóxicas. Concretamente de las amistades tóxicas porque reconozco que el tema de las relaciones sentimentales tóxicas es áun más complejo y requeriría un capítulo completo aparte. Por desgracia, creo que todos hemos coincidido en nuestro entorno, en un momento u otro, con una persona tóxica. Personalmente me he encontrado con 2 o 3 amigas muy tóxicas a lo largo de mi vida, y digo "amigas" porque en mi caso, las amistades tóxicas siempre han tenido nombre de mujer.
No sé si os hacéis una idea exacta de qué tipo de personas os estoy hablando, pero vendría a ser aquella "amiga" con la que después de pasar un rato a su lado, te deja un sabor amargo en la garganta y una sensación de malestar general y no sabes por qué. Quizás porque critica a todo el mundo a sus espaldas, tal vez porque te hace dudar de las intenciones hacia ti de todos tus seres queridos o porque su discurso es tan negativo, dramático y victimista que absorve toda tu energía positiva. Y mira que cuando entró a formar parte de tu círculo de amistades te pareció una persona interesante y que se preocupaba por los demás... pero no sabes cómo, sútilmente, te ha ido inyectando su veneno de manera que ahora, pasar un rato con ella se convierte en una tortura y no te aporta nada positivo. Al contrario. Te angustia, te deprime, te agota, te hace tener una visión negativa del mundo, critica a tu pareja, a tus otras amigas... y todo bajo la máscara de "soy muy buena amiga". Por favor, hazme caso, no dejes que te engañe más!
Cabe decir que la amiga tóxica no es una persona mala en esencia y seguramente no te quiere hacer daño de manera consciente, pero no lo puede evitar: con toda probabilidad su vida es gris y no le gusta, no tiene familia o no tiene buena relación con ella, tiene pocos amigos y habla mal de todos ellos y si tiene pareja, la relación no funciona... su autoestima se esfumó hace demasiado tiempo. Son personas mediocres, egoístas y envidiosas. Necesitan sembrar