dimecres, 27 de juliol del 2016

ALTAMENTE TÓXICO


Hoy hablaré de las relaciones tóxicas. Concretamente de las amistades tóxicas porque reconozco que el tema de las relaciones sentimentales tóxicas es áun más complejo y requeriría un capítulo completo aparte. Por desgracia, creo que todos hemos coincidido en nuestro entorno, en un momento u otro, con una persona tóxica. Personalmente me he encontrado con 2 o 3 amigas muy tóxicas a lo largo de mi vida, y digo "amigas" porque en mi caso, las amistades tóxicas siempre han tenido nombre de mujer.

No sé si os hacéis una idea exacta de qué tipo de personas os estoy hablando, pero vendría a ser aquella "amiga" con la que después de pasar un rato a su lado, te deja un sabor amargo en la garganta y una sensación de malestar general y no sabes por qué. Quizás porque critica a todo el mundo a sus espaldas, tal vez porque te hace dudar de las intenciones hacia ti de todos tus seres queridos o porque su discurso es tan negativo, dramático y victimista que absorve toda tu energía positiva. Y mira que cuando entró a formar parte de tu círculo de amistades te pareció una persona interesante y que se preocupaba por los demás... pero no sabes cómo, sútilmente, te ha ido inyectando su veneno de manera que ahora, pasar un rato con ella se convierte en una tortura y no te aporta nada positivo. Al contrario. Te angustia, te deprime, te agota, te hace tener una visión negativa del mundo, critica a tu pareja, a tus otras amigas... y todo bajo la máscara de "soy muy buena amiga". Por favor, hazme caso, no dejes que te engañe más! 

Cabe decir que la amiga tóxica no es una persona mala en esencia y seguramente no te quiere hacer daño de manera consciente, pero no lo puede evitar: con toda probabilidad su vida es gris y no le gusta, no tiene familia o no tiene buena relación con ella, tiene pocos amigos y habla mal de todos ellos y si tiene pareja, la relación no funciona... su autoestima se esfumó hace demasiado tiempo. Son personas mediocres, egoístas y envidiosas. Necesitan sembrar

dijous, 6 de novembre del 2014

Época de cambios



"Hoy me he levantado con un salto mortal"... Bueno, tanto como salto mortal no, pero me he levantado con unas ganas locas de ordenar ropa, bolsos, fotos, papeles y documentos varios. Y, ¿por qué?. 

Pues exactamente no tengo ni idea pero creo que tiene que ver con el cambio de estación -aunque el otoño oficialmente llegó hace tiempo es ahora que por fin notamos que acabó el verano- y con el cambio de la luz -ahora amanece y anochece muuuy pronto-. Porque a mí, el frío de las calles me invita al recogimiento y a la reflexión interior -aquella que te ilumina mientras tomas una taza calentita de chocolate o te acurrucas bajo una manta-.

Y resulta que todos estos cambios exteriores me empujan, sin ser consciente, hacia una renovación interior, supongo que con el objectivo de ser más y mejor cuando llegue la primavera. Los cambios exteriores me recuerdan que yo también puedo cambiar y me reactivan las ganas de dejar atrás de una vez por todas las "cosas" inservibles que ya no quiero que me acompañen nunca más en mi camino -y sí, lo habéis adivinado, este "cosas" engloba a todo y a todas aquellas personas que ya no me interesan por ser tóxicas o directamente, malas personas que no me hacen ningún bien-.

Así que os escribo rapidito desde mi escritorio recién ordenado -parece increíble- porque estoy a punto de salir a tirar al contenedor dos bolsas de basura bien llenas de "cosas" que ya nunca más necesitaré ni nunca echaré de menos. 

Adiós basura, adiós.