Os dejo el texto de Rania, reina de Jordania, expresando en voz alta y clara, su opinión sobre la masacre que está padeciendo la franja de Gaza. La reina de Jordania, de origen palestino, se pronuncia a favor del alto el fuego inmediato, al igual que ya se pronuncionaron otros personajes influyentes estos últimos días - como el actor Javier Bardem o el músico Juan Perro-:
" Normalmente, las sociedades distópicas se retratan en las páginas de novelas como
Los Juegos del Hambre o
Divergent.
Nos muestran sociedades distorsionadas donde se ha suprimido la
justicia y la libertad, donde las privaciones son una forma de vida, y
donde las vidas son prescindibles. Nos piden que imaginemos una sociedad
donde se empuja a la gente hasta los límites de su resistencia, y donde
son asesinados si no aguantan.
Pero es sólo una ficción, ¿verdad? Después de la última página, se acaba todo.
Falso.
La distopía más perturbadora de nuestro tiempo no es una ficción. Es un lugar real con gente real.
Es Gaza. El lugar más trágico para vivir en la Tierra.
Mientras
algunas personas en el mundo luchan contra la pobreza o la violencia o
los prejuicios o la intimidación o el hambre o la falta de sanidad o la
libertad de movimientos o el encarcelamiento o el desempleo masivo o la
vigilancia constante o la inseguridad o la falta de bienes básicos o la
desesperanza o la falta de educación o el aislamiento forzado o el
desprecio por sus derechos humanos o el dolor por la pérdida de sus
seres queridos, e
l millón ochocientas mil personas que viven en Gaza
luchan contra todo a la vez, todos los días.
Bajo la mirada de una comunidad global, en su mayoría indiferente.
Mujeres.
Niños. Bebés. Ancianos. Personas con discapacidad. Inocentes. Ellos
luchan contra todas estas injusticias cada día porque, durante los
últimos ocho años, han existido -que no vivido- bajo el cerco impuesto
por Israel.
Un palestino de 17 años, detenido en una prisión israelí, describe la miseria cotidiana que soportan los gazatíes:
"Es
como ser una sombra de su propio cuerpo; pegado al suelo, imposible
liberarse. Te ves a ti mismo tendido pero eres incapaz de llenar esa
sombra de vida".
En otras palabras: una muerte lenta.
A
menos que hayas vivido día tras día entre el asfixiante asedio y los
ataques, es imposible entender la desesperación que soportan los
habitantes de Gaza. No olvidemos que el 70% de la población de Gaza son
refugiados.
No puedo hacer justicia a tanto sufrimiento sólo con estas palabras. Tan solo puedo dar testimonio de su existencia: Imagine estar preso en una árida franja de tierra de apenas 40 kilómetros de largo y entre 5 y 11 kilómetros de ancho. Imagine
que su hijo necesita asistencia médica urgente que las clínicas de Gaza
no le pueden ofrecer. Un día tras otro, espera en la aduana sin saber
si finalmente se le permitirá cruzar para buscar la ayuda que necesita. Imagínese
criando a niños que no tienen acceso al agua, donde el sistema de
alcantarillado tiene fugas y donde apenas hay electricidad la mitad de
los días. O imagínese dependiendo de los paquetes de alimentos de la
UNRWA (la agencia de la ONU para los refugiados) para poder mantener con
vida a su familia. Y ahora imagine que, además, la gente de Gaza tiene que vivir bajo bombardeos diarios.
Más
de un cuarto de las personas asesinadas en las últimas semanas eran
niños: 161. Cientos más mutilados y huérfanos. Decenas de miles de
familias destrozadas y desplazadas.
Imagínese sentado a la mesa
para cenar con su familia y que sólo tenga unos minutos para evacuar su
casa antes de que sea bombardeada. Los misiles arrasan su hogar. Adiós a
las fotos irremplazables de sus abuelos. Los dibujos de sus hijos
cuando eran pequeños, destruídos. Los documentos de identidad, perdidos.
Su historia personal, borrada.
O imagínese tratando de salvar
vidas en un hospital con instrumental oxidado. Sus zapatos se pegan al
suelo ensangrentado. Y entonces, bombardean el hospital.
Gaza está en estado de shock.
Todo
lo que la gente de Gaza quiere es lo que cada uno de nosotros queremos.
La oportunidad de vivir una vida normal con dignidad y seguridad, y de
construir un futuro en el que sus hijos puedan crecer, soñar y cumplir
sus ideales. Tenemos que permitirles que lo hagan.
Primero, es necesario
un alto el fuego. Pero no es la única solución. No podemos permitir que se vuelva a un
status quo
infernal: la batalla cotidiana por la supervivencia. Debe continuar
rápidamente con un esfuerzo global para devolver la vida a las sombras
de Gaza.
La apertura de las fronteras. El reconomiento de los derechos.
La garantía de la libertad. La reparación de las infraestructuras. La
restauración de los flujos comerciales. La equipación de las escuelas.
La renovación de los hospitales. La heridas deben curarse; la esperanza
debe renacer.
Pero nada de esto pasará sin los esfuerzos
colectivos de la comunidad global.
Debemos insistir en una vida digna
para el pueblo de Gaza. Cada uno de nosotros puede hacer algo. Siendo
activos. Despertando las conciencias. Rechazando la violencia. Donando a
UNRWA.
Permanecer silenciosos ante esta injusticia sin fin hace
que nuestra comunidad global no sea mejor que la masa de gente que
mastica cacahuetes en la arena de
Los Juegos del Hambre, diciendo "ohhh" y "ahhh" y sacudiendo la cabeza ante cada nueva prueba y cada nueva muerte.
¿Vamos
a permanecer desde la barrera, mientras contemplamos cómo se asientan
los terribles cimientos de una moderna distopía? ¿O nos unirá nuestro
sentido humanitario para empujarnos a actuar y a salvar a la gente de
Gaza?
Al salvarles a ellos, nos estamos salvando nosotros. "
Rania, reina de Jordania
No
nos podemos quedar cruzados de brazos, no vale no posicionarse. No nos podemos permitir que cada día mueran inocentes atrapados en un territorio sin salida. No queremos más muertes, ni más heridos, ni más personas que vivan cada día de su vida aterradas bajo el horror de las bombas que no dejan de caer. Por una vida digna y en paz. #PalestinaSomosTodos